Resumen:
RESUMEN
EL Síndrome Doloroso Miofacial (SDM) es un problema físico caracterizado por un conjunto de síntomas entre los que destacan el dolor frecuente y dificultad para el movimiento en el área temporomandibular, parte posterior de la cabeza, cuello y algunas veces hombros. Es más frecuente en mujeres y generalmente es asociado con alto grado de ansiedad y estrés. Actualmente se reconoce la importancia de los pensamientos ante las situaciones, su influencia en las emociones y las acciones que pueden generar alteraciones psicosomáticas (Buela-Casal, Caballo y Sierra, 1996) en donde se ubica el SDM que provoca la presencia de dolor en el área temporomandibular, malestar muscular, sonidos en la articulación y limitación o alteración del movimiento mandibular.
Este trabajo propone un Modelo de Intervención desde la Terapia Racional Emotivo-Conductual (TREC) la cual proporciona los fundamentos teóricos para la explicación e intervención de la problemática de salud que nos ocupa, caracterizándose como un modelo activo, directivo y breve (13 sesiones).
Se intervino con cuatro casos, mujeres, atendidas en el Centenario Hospital Hidalgo de Aguascalientes, que acudieron a una pre-sesión de evaluación y a doce sesiones de intervención y una sesión de seguimiento. Este modelo propone un cambio profundo de las ideas demandantes y absolutistas (irracionales) de las situaciones antecedentes en las que se generan, buscando que se sustituyan por creencias racionales flexibles y tolerantes, promoviendo en última instancia un cambio profundo en la filosofía personal y por ende en sus actitudes (Ellis, 1996), además de bridar habilidades complementarias destaca la adecuación continua de la información a las características de los participantes a demás del uso de Material
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ilustrado, Folletos informativos y Formatos de tarea que apoyan el aprendizaje de los principios de la TREC y favorecen la modificación de las creencias irracionales así como refuerzan el cambio propuesto. Finalmente se proporciona una sesión de seguimiento un mes después de finalizada la intervención.
Los resultados demuestran que las participantes presentaron cambios favorables disminuyendo sus creencias irracionales básicas así como sus respuestas ansiosas y de dolor relacionadas con el SDM de forma importante a pesar de la presencia de elementos en el ambiente que actuaban como estresores y de sus respuestas orgánicas crónicas, las que también disminuyeron progresivamente hasta un nivel más tolerable.