RESUMEN
En 1925 se originó la vida de la congregación religiosa Maestras Católicas del Sagrado
Corazón de Jesús fundada por José de Jesús López y González, sacerdote y después obispo
en la diócesis de Aguascalientes. Estas mujeres se consagraron a la educación cristiana de
los más pobres en una época anticlerical por lo que para defender su labor educativa utilizaron
estrategias de resistencia y adaptación como ocultarse para no ser descubiertas, ocultar su
crucifijo como distintivo religioso o simular ser otra persona al vestir de civil, salir de dos en
dos de sus comunidades o en pequeños grupos de las escuelas, enseñar a los niños ocultas en
diferente domicilio, cambiar continuamente de lugar, ocultar a los inspectores que enseñaban
religión, entre otras.
La congregación se desarrolló y permaneció en un marco legal que prohibía la
educación religiosa de manera oficial a partir de la Constitución de 1917. La postura del
presidente Calles en 1924, se convirtió en un conflicto pronunciado de guerra y las diferentes
modificaciones de su periodo de gobierno hasta 1934. Años más tarde la reforma de Lázaro
Cárdenas y su objetivo de establecer la escuela socialista, seguía siendo para la Iglesia una
manifestación de eliminación de sus funciones en la materia educativa. Con la reforma de
Manuel Ávila Camacho en 1946, se inició una política de modus vivendi como la han
caracterizado diferentes autores, la cual comenzó a permitir la administración de colegios de
los que se ocupaba la Iglesia y propiamente las congregaciones religiosas.
Las religiosas manifestaron una resistencia pacífica al enfrentarse desde sus escuelas
a las leyes gubernamentales y aunque no se permiten sus acciones, cumplen su tarea religiosa
en las aulas aún durante la implementación de la educación socialista en el país. La
congregación estuvo protegida por la diócesis al haber sido fundada por el obispo local, quien
contó con contactos no sólo para preparar a sus religiosas académicamente sino para realizar
las fundaciones en distintos lugares regularmente anexos a las parroquias. Es un reconocido
negociador con las autoridades del gobierno. La resistencia pacífica como eje transversal de esta investigación, es un acercamiento
a la postura que toman las religiosas desde sus escuelas sobre todo en los años treinta
buscando preservar su proyecto educativo, escondiendo incluso su verdadera identidad. Las
Maestras Católicas buscaron cumplir el fin de su congregación y asumieron una evasión
silenciosa, tal como lo refiere Scott para el caso de los campesinos rebeldes.
Scott (1985), llama “resistencia cotidiana”, a la resistencia que él mismo caracteriza
como informal y encubierta a las formas diarias (p. 6), que aplicadas a las religiosas muestran
el ocultamiento de su ser y quehacer continuo en sus escuelas tomaron una postura ante el
gobierno de aparente acatamiento a las leyes entre 1925 y 1946, pues simulaban estar
sometidas a lo indicado por el gobierno, aunque en los hechos iban en dirección contraria.
Las acciones de las religiosas eran apoyadas por ciertos grupos sociales de la ciudad como
los padres de familia.
Lo que las religiosas hacían durante la época permaneció en el disimulo y es evidente
que la sociedad las encubría para que pudieran seguir actuando en pro de su tarea educativa.
Su habilidad para permanecer en una actividad secreta y clandestina les permitió no
solamente permanecer como organización de enseñanza, sino extender la educación cristiana
católica a otros municipios, así como a otras entidades y, años después, a otros países.
Las religiosas mostraron cierta sumisión ante las autoridades educativas como
habilidades necesarias para sobrevivir y hacer valer su proyecto. El principal significado que
las religiosas dan a su labor educativa es la trascendencia de sus acciones. Están convencidas
de que defienden una causa de bien para la sociedad, en este caso, para los niños y las mujeres
más pobres. En un aparente anonimato, la sociedad las apoya y en ocasiones las mismas
autoridades educativas y gubernamentales.
Puede descubrirse que la adaptación y permanencia de las religiosas dependió de la
sociedad católica que las ayudaba y protegía para no ser descubiertas. Las religiosas contaron
con el interés de los padres de familia, de los párrocos y hasta de las autoridades locales. Las estrategias de las religiosas son un eco de lo que fue e hizo el mismo fundador sobre todo
durante esta primera etapa de formación de la Congregación. Fueron aleccionadas para
perseverar en medio de las dificultades que se presentaran y utilizar los recursos necesarios
para mantenerse fieles a su misión, así fuera como él mismo lo hacía: escondiéndose,
manteniéndose incomunicado, viviendo a veces sin lo necesario, etc., pero continuando con
la obra educativa.
ABSTRACT
In 1925, the life of the religious congregation of Catholic Educators of the Sacred Heart of
Jesus originated in the diocese of Aguascalientes originated. These women devoted
themselves to the Christian education of the poorest in an anticlerical era. In order to defend
their educational work they adapted the strategies of resistance and adaptation. To do this,
they did things such as hiding to not be discovered, hiding their crucifix as a religious badge,
or pretending to be someone else dressed as a civilian, leaving their communities and schools
in pairs or in small groups, teaching children in secret at different homes, continually
changing places or hiding inspectors who taught religion, among others.
The congregation remained and developed in a legal framework that prohibited
religious education officially from the Constitution of 1917. The position of president Calles
in 1924, became a pronounced conflict of war and the different modifications of his period
of governing until 1934. Years later the reform of Lázaro Cardenas and his goal of
establishing the socialist school, remained for the church a manifestation of elimination of
its functions in the educational field. Later, with the reform of Manuel Ávila Camacho in
1946, a policy of modus vivendi began as different authors have characterized it, which
began, which allowed the administration of schools that the church occupied and properly
the religious congregations.
The nuns manifest a peaceful resistance when confronting government laws from
their schools and although their actions are not allowed, they fulfill their religious task in the
classrooms even during the implementation of socialist education in the country. The
congregation was protected by the diocese by having been founded by the local bishop, José
de Jesús López y González, who has contacts not only to prepare their religious academically
but to carry out the foundations in different places. He is a recognized negotiator with
government authorities.
The peaceful resistance as a transversal axis of this research is an approach to the
position taken by the religious from their schools, especially in the thirties, seeking to
preserve their educational project, hiding even their true identity. The Catholic Masters sought to fulfill the end of their congregation and assumed a silent evasion, as Scott refers to
in the case of rebel peasants.
Scott (1985), calls “everyday resistance”, the resistance that he characterizes as
informal and covert to the daily forms (p. 6), which applied to how the religious concealed
their being and continued work in their schools. They took a stand before the government,
while appearing to comply with the laws between 1925 and 1946, as they pretended to be
subject to the instructions of the government, although in fact they were going in the opposite
direction. The actions of the nuns were supported by certain social groups in the city such
as parents.
What the religious did during the time remained in dissimulation and it is evident that
society covered them up so that they could continue to act in favor of their educational task.
Their ability to remain in a secret and clandestine activity allowed them not only to remain
as a teaching organization, but to extend Catholic Christian education to other municipalities,
as well as to other entities and, years later, to other countries.
The nuns showed some submission to the educational authorities as necessary skills
to survive and assert their project. The main meaning that the religious give to their
educational work in the transcendence of their actions. They are convinced that they defend
a cause of good for society, in this case, for the poorest children and women. In an apparent
anonymity, society supports them and sometimes the same educational and governmental
authorities support them.
It can be discovered that the adaptation and permanence of the religious depended on
the catholic society that helped and protected them from being discovered. The nuns had the
interest of parents, pastors and even local authorities. The strategies of the religious are an
echo of what the same founder did and did especially during this first stage of forming of the
congregation. They were instructed to persevere in the midst of the difficulties that arose and
use the necessary resources to remain faithful to the their mission, even as he himself did: hiding, staying incommunicado, living sometimes without the necessities, etc, but continuing
with the educational work.